Tabula Rasa
En urbanismo se emplea la expresión 'hacer tabula rasa', en referencia a demoler o derribar todas las edificaciones preexistentes en un lugar, para desarrollar un barrio completamente nuevo.
El nuevo presidente de Argentina asume mientras Plutón forma cuadratura con su Sol natal. Poco después, tras su ingreso en Acuario, Plutón forma un trígono con Marte, que ya en el rádix está en conjunción disociada con Plutón, aunque reforzada por el mismo aspecto por antiscia, acentuando el carácter subterráneo y opaco que acarrea el ejercicio del poder. Hay aquí un énfasis de relaciones planetarias presentes al momento de nacer que atraviesan un período de ‘despertar’, actualizando tendencias de base durante una ventana de tiempo más o menos circunscripta, entre fines de 2023 y Diciembre de 2025, con momentos de mayor intensidad en Marzo y Junio de 2024; Enero 2025, y entre Septiembre y Noviembre de 2025.
La identidad solar libriana no puede ser vivida desde actitudes unilaterales ni proyecciones personales. Cortarse solo con las propias decisiones tampoco es lo que propone Marte en Libra. Dos planetas masculinos debilitados en una fase zodiacal que requiere el registro de contextos para desplegar acciones y respuestas armonizadas. El núcleo del proceso transformador plutoniano apunta hacia estos enfoques abiertos, forzando la necesidad de abarcar situaciones relegadas, rechazadas, al estilo plutoniano: conflictos de intereses, poder y mezquindad, abusos, manipulaciones, canibalización; circunstancias dolorosas, pérdidas – como las ocurridas en un temporal con trece muertos –, problemas que emergen continuamente, en un tembladeral que sacude esquemas de identidad y deseos abroquelados en ‘lo personal’, que una Luna en Leo aprueba con fijeza apasionada, con los que infructuosamente se pretenden mantener el control.
La apertura de registros socializados – traumática para los caprichos individualistas del ego – tiene algo de resonancia con el tránsito de Plutón en cuadratura a Júpiter en Escorpio en la carta de Argentina, que con su reingreso en Acuario ocurre aproximadamente en simultáneo con el trígono sobre Marte en Libra en la carta de Milei. Ambos procesos impulsan la necesidad de incluir y agotar miserias y oscuridades, que deben reconocerse para depurar oportunidades de expansión y crecimiento en un caso, o para actuar dando respuestas socialmente contextualizadas en el otro. Son movimientos superpuestos que completan significados dentro de un despliegue de gran magnitud para el país.
El ‘pensamiento aldea’ presupone soluciones de pocos y para pocos, actuando en idílica comunidad para, por ejemplo, tener iluminación en la cuadra, o en el barrio. Esa mirada encorsetada de la realidad es obviamente ineficaz para un mundo organizado en países con millones de habitantes mayormente aglomerados en ciudades. Salirse de la burbuja individualista con visión de comarca es uno de los desafíos que una persona con mayoría de planetas en Libra y Escorpio debe afrontar., especialmente si el foco de resistencia se sitúa en las seguridades personales que toda Luna en Leo desea conservar.
Saturno el malo.
El rechazo inflexible a cualquier atisbo de presencia del Estado, percibido como un ente que cercena libertades, se ve en la ubicación particular de Saturno en la carta de Milei. Es un planeta separado del resto, que solamente se vincula con planetas femeninos, mostrando carencias afectivas y dificultades vinculares por resolver. Convivir con perros clonados con nombres de economistas, sentidos como sagradas mascotas que deben quedar grabadas en el bastón presidencial es señal de anhelos de perpetuidad y problemas de aceptación de la muerte, el límite más concreto y definitivo que conocemos en este plano (la empresa de clonación se llama PerPETuate). Luna en Leo en sextil partil con Urano defenderá con histrionismo todo extremismo libertario, negando cualquier demarcación percibida como invasiva o asfixiante. Desde Escorpio, Júpiter en cuadratura aporta intensidad ideológica y confiado apasionamiento para reforzar broqueles lunares. ‘Nosotros la vemos, pero algun@s no la ven’.
La concepción que aprueba acuerdos personalísimos en diversidad de transacciones aparenta un falso grado de libertad, porque no contempla desigualdades que favorecen a las partes en posición ventajosa, sea por cuestiones económicas, de poder o status quo. Esta mirada es reflejo de lo que siente una Luna en Leo, situada en un espacio zodiacal donde Saturno se exilia, donde los personalismos no toleran la intromisión estatal ni las imposición de regulaciones garantes de intercambios igualadores para millones de individuos. La derogación de la ley de alquileres es una muestra de este dilema irresuelto.
Sin embargo, sabemos que la energía no desaparece, por lo que un Saturno negado va a expresarse con igual fuerza relativa, pero con modos precarios. Así emergen las rigideces en diversidad de enfoques y situaciones, la tendencia al aislamiento, el conservadurismo o la austeridad como plan de vida, en este caso gestionada como retracción para los demás, la población argentina. Luna y Saturno se vinculan por antiscia, y en una de sus posiciones toca lo económico, el manejo de dinero y bienes. Cuando el ajuste precariza empleos, empobrece trabajadores y enriquece a algunos empresarios, la rigidez doctrinaria de teorías económicas devela falencias de aplicación destructiva. Nótese la fijeza que hay en la carta, que refuerza ‘ideas conductoras inamovibles’ con la cuadratura Luna - Júpiter – regente de casa IX – en signos fijos.
La motosierra.
Si la libertad de vivir se experimenta ilimitada, es fácil actuar con omnipotencia cuando se atraviesa un período de poder acrecentado y alta disponibilidad de recursos. Cosas que pueden suceder si se es presidente de un país, con Plutón activando al Sol y luego a Marte.
La convicción de ajustes inevitables y dolorosos, asimilables a una necesaria ‘cirugía mayor sin anestesia’ que vivimos en épocas no tan lejanas, pese a la carencia de garantías de eficacia, bajo un tránsito Plutón – Marte se sostiene en la potencia irrefrenable de la acción que emerge desde profundidades viscerales, que en su incontinencia se torna capaz de grandes y despiadadas reformas, alterando drásticamente circunstancias y contextos, - con una devaluación del 118% en un día, por ejemplo - arrasando con todo a su paso en pos de determinados objetivos que actúan como enormes magnetos traccionadores del deseo reformador. Así actúa Marte cuando es sacudido por la potencia plutoniana, multiplicando el ímpetu y la disponibilidad de energía que por momentos parece inagotable. En la carta de Milei este vendaval asienta su potencia en el eje III – IX, el de las ideas conductoras y su transmisión, por ubicación corporal y por antiscia. La conjunción además rige la casa X con Medio Cielo en Aries, e impregna con matices turbulentos el recorrido del ascendente, formando una estrecha cuadratura.
Una vez encumbrada, esta configuración puede manifestarse como atropello y desconocimiento de cualquier demarcación. Arrogarse la suma del poder público a través de un voluminoso DNU bisiesto (con 366 artículos) o una ley ómnibus que busca delegar facultades legislativas en el Poder Ejecutivo es muestra cabal de esta omnipotencia.
Pero si arraso destruyendo todo, el entorno también expresará esa fiereza destructiva. Por su propia naturaleza, el tránsito de Plutón sobre Marte tiene modos poco sutiles de modificar comportamientos irrefrenables; lo hace con escenas explosivas, cargadas de intensidades viscerales que atraviesan el cuerpo, la mente, la emoción, las palabras, los vínculos, las muchedumbres. Para canalizar tanta potencia sin quedar atrapado en una guerra de agresiones, traiciones y venganzas, es imprescindible que la volición amplifique su ángulo de visión, abarcando diversidad de situaciones para tomar decisiones. No sólo se trata de trabajo en equipo, sino de dar respuestas insertas en entramados complejos, que afectan numerosos intereses, es lo que cualquier gobierno debe asumir. Las cirugías mayores, como las motosierras, en su pretensión reformadora cortan y desequilibran ecosistemas sin dar soluciones de conjunto, son recetas generadoras de conflicto social.
Por eso el Sol y Marte se hallan ‘débiles’ en Libra, porque deben ceder en sus proyecciones personalistas y reconvertir impulsos unilaterales. Libra es registro y manifestación en contexto, tiende al equilibrio global, no hay otra. Y cuando pasa Plutón, todo desequilibrio acentuado o permanente es destrucción y conflicto. Si ‘al ajuste lo paga la casta’, pero concentra riquezas favoreciendo a unos pocos poderosos, terminamos mal.
En otro plano de resonancia, la exaltación de Saturno en el signo dice que ‘Milei no es la ley’; es acuerdo social sostenido en garantías constitucionales, por encima de cualquier recorte discrecional aislado de lo que iguala condiciones y derechos, conformando un tejido colectivo no excluyente.
Si en la sociedad predominan enfoques fragmentados, unilaterales, es consecuente que sus mandatarios reflejen ese cercenamiento. Podemos pensar que dicha división es provocada o alimentada por servicios y operadores mediáticos, pero a fin de cuentas forman parte del mismo entramado social, aunque con cierta cuota de poder endémico capaz de alterar y manipular atmósferas colectivas. Neptuno sobre la cúspide de casa III de Argentina es indicador de este gigantesco oleaje de distorsiones programadoras de subjetividades. La cuadratura con Plutón hace de esta una combinación manipuladora de alcance masivo.
La lógica del patrón de estancia.
Anteriormente, en ‘Crisis y renaceres’ escribí algunas reflexiones esperanzadas, sin dejar de lado consideraciones menos deseables, pero igualmente posibles:
- ‘Darle más poder al poder sería la cara sombría y destructiva del asunto, del que no estamos exentos, si la sumisión entreguista de dirigentes-marionetas recobra protagonismo. Esquemas de sometedores / sometidos, de poseedores / poseídos, son configuraciones plutonianas viciadas pero posibles, cuando el olvido colectivo de sus nefastas consecuencias habilita su desgraciado retorno’.
El discurso cuasi religioso que anima a sus seguidores a grandes sacrificios para obtener beneficios futuros, tan borrosos como la esperanza que mantiene el optimismo de sus anhelos, conforma una lógica que pretende hacer soportar penosas circunstancias de vida, alivianando artificialmente el presente en espera del encuentro con luces al final de algún oscuro túnel, asistidos por quién sabe qué clase de misteriosas fuerzas del cielo. Legitimar inmolaciones y despojos mientras las cosas empeoran no garantiza ningún tipo de salvación, porque gobernar exige respuestas y concreciones de resultados palpables en un período acotado de tiempo. No hay margen para idealismos disociados cuando la realidad pide gestión política para abordar la crisis, sin necesidades ni urgencias inventadas que justifiquen arbitrariedades monárquicas.
Cuando una persona vive el tránsito de Plutón sobre dos planetas masculinos, se hace muy difícil el reconocimiento de límites, porque se activa el ‘modo demolición’, internamente y en el entorno – bifurcaciones de un mismo proceso –. Si no hay marcos de contención y algún grado de empatía, las transformaciones ocurren como terremotos, la psiquis acompaña el tembladeral, y si además soy Marte - Plutón ‘de nacimiento’, queda el tendal porque en mi omnipotencia desbocada corto lo que haya que cortar, aniquilando todo lo que considere necesario para hacer que las cosas cambien. La paz de los cementerios no aplica como ideal de ordenamiento para un país, menos aún con Plutón sobre Marte, que dificultan imaginar situaciones apaciguadas, carentes de reacciones o turbulencias.
Para conseguir aprobación social, los actos despiadados, represivos o persecutorios se apoyan en discursos de sometimiento, en ocasiones suavizados con tintes religiosos, como describí antes. Pero el pie que pretende aplastar y someter, es a la vez aplastado y sometido por actores con mayor poder: pensemos en los grandes acreedores y buitres con los que se contrajo deuda multimillonaria en dólares, ávidos por rapiñar recursos, tierras, empresas, mientras presionan exigiendo ‘seguridades jurídicas’ que garanticen impunidad a la expoliación. Sin negociación equilibrada, desprovista de pleitesías – hola Saturno, exáltate otra vez –, atrapados en un circuito de amos y esclavos, no hay soluciones armónicas a la vista.
La salida virtuosa de Marte - Plutón reside en la gran fuerza y autonomía para impulsar profundas modificaciones de manera constructiva, liberando y movilizando enormes caudales de energía disponible en diversidad de formas: recursos mineros, desarrollo industrial, producción automotriz, metalurgia, astilleros, armamento, etc. El abanico puede ampliarse más allá de actividades marciales, porque vimos que Plutón también activa a Júpiter de la carta de Argentina, propiciando reformas que expanden múltiples planos de actividad.
Para que este poderoso despliegue multinivel no se convierta en contracción, enfriamiento, entrega y saqueo, es imprescindible superar la lógica del sometedor / sometido. Libra en el presidente de Argentina, Libra en el ascendente de Argentina, son indicadores astrológicos insoslayables que proponen establecer relaciones equilibradas, sin comportamientos invasivos. Los individualismos débiles que aparentan fortaleza, manipulados por lógicas selváticas no conducirán a buen puerto. El avance de la libertad de mercado será entonces prisión ruinosa para gran parte de la sociedad. Mercancías libres, cuerpos sometidos.
No es por ahí.
Actividad Astrológica
