Júpiter en Piscis.

Tiempo de intuiciones amplificadas, de sensibilidades inclusivas, de consciencia acrecentada. Si el ego se impone creyendo atrapar ese estado perceptivo incrementado, surgen convicciones como 'verdades reveladas', y la consecuente tentación exacerbada de transmitirlas como fórmulas de salvación. No se trata de sermones en 'modo vibratorio superior', sino de la posibilidad de apertura a un viaje infinito de significados, una travesía imposible de abarcar, pero que genera rumbos en medio de oleajes inciertos.

Júpiter en Piscis

El tesoro de este tránsito es la fuerza de síntesis perceptiva allí donde parece reinar el caos, la consciencia extrae señales enriquecedoras de innumerables situaciones inicialmente confusas. A nivel psíquico, el inconsciente y su abundancia de imágenes y símbolos expanden el 'universo interno'. A veces da visiones, se descubren mensajes en sueños, contactos con otras dimensiones que asisten y guían la vida terrena; los maestros, los que ayudan, los que develan respuestas, son ángeles, entidades o figuras religiosas representativas según la fe o creencias que se tengan. Esto lo vivirán de manera acentuada las personas con Neptuno en Sagitario, nacidas entre 1970 y 1984, si uno o ambos planetas destacan en sus mapas natales. También, en 2022, l@s de signos mutables del tercer decanato, cuando en Abril Júpiter alcance y haga conjunción con Neptuno a los 23º - 24º de Piscis. De modo más fluido, menos desbordante, cancerian@s y escorpian@s.

A diferencia de Sagitario, Júpiter en Piscis tiende a desarmar la percepción de verdades únicas, por tratarse de un signo de máxima entropía; esta cualidad va de la mano con sensibilidades múltiples que Júpiter tiende a cohesionar, pero dado el inmenso caudal perceptivo que se abre, los senderos únicos desaparecen, y la capacidad unificadora jupiteriana aviva la oportunidad inclusiva de relatividades y misterios no del todo descifrables. Entregado, sin ánimo de control, el caminante sin camino es orientado por intuiciones que lo guían en la incertidumbre.

Sin embargo, la propuesta energética no garantiza acompañamientos humanos de perfecta sintonía. Sabemos que el cielo muestra despliegues y florecimientos posibles, pero también sabemos que somos lo que hacemos con nuestros planetas, y en ocasiones hacemos lo que nos va en gana, filtrando, distorsionando, modulando - acomodando - cualidades. Por ello, no pueden soslayarse actitudes eufóricas, ilusiones desmedidas, posturas negadoras, mezquindades ideologizadas; comportamientos mesiánicos, fanáticos, carentes de empatía. Manifestaciones torcidas de un tránsito que implica permeabilidad, compasión, humanitarismo, visión ampliada de la realidad.

 

Piscis simboliza el entramado de órbitas individuales de planetas dentro de sistemas planetarios, insertos en movimientos mayores relacionados a soles, estrellas y galaxias. Esa complejidad de movimientos superpuestos que se arrastran unos a otros - pese a tener un orden - es caótica para la comprensión humana: la Tierra se mueve y navega el universo con un derrotero que desdibuja lo que podemos entender con facilidad, es decir, su rotación y traslación. Júpiter representa dicho entendimiento, la síntesis elíptica o circular que permite incorporar nuevas comprensiones en medio de vastedades infinitas.

☀☀☀☀☀☀☀☀☀☀

Aumenta la tentación de caer en consignas universalistas sin contacto con la realidad; en estos momentos, lo más universal que tenemos es una pandemia. En ese contexto es donde la resonancia inclusiva que Júpiter en Piscis propicia puede manifestarse como empatía y consciencia social, sin quedar atrapados en divisiones partidistas. Los enfermos y los muertos comparten el mismo contexto que los que necesitan trabajar para subsistir, los que nada tienen y requieren asistencia, y los que por riqueza, creencias o poder pretenden aislarse de lo que sucede.

La esencia del tránsito es apertura inclusiva y sensible a diversidad de entornos y realidades, y esto no puede ser canalizado a través del ego, porque enseguida la traduce con distorsiones que exacerban posturas inflamadas, teñidas de ideales, creencias o conocimientos que se vuelven sermones extremistas, debido a la dificultad vincular / resonante que toda autopercepción individual posee, creyéndose separada de lo que la rodea, y que al verse desbordada intenta ilusoriamente abarcar y encerrar dentro de lo que llamamos identidad, un estado vibratorio que atraviesa y va más allá de cualquier límite personal. Vale y aplica para cualquier absolutismo encarnado en partidos políticos, religiones, conocimientos médico / científicos, filosofías de vida, cosmovisones, o como se nos ocurra denominarlas. Esto último no es absolutismo universalista; responde a un nivel dentro de la cadena de analogías jupiterianas: creencias y corrientes de pensamiento que cohesionan y dan sentido a la vida. Absolutista es la pretensión de imponer alguna de ellas como verdad única.

La figura del místico errante, sin brújula, se asocia con Neptuno en Piscis. Júpiter, en cambio, implica direccionamiento, posibilidad de encontrar respuestas y orientaciones en medio de lo inabarcable. Es el rescatista ayudando al náufrago, la legión de médic@s y enfermer@s asistiendo pacientes en tiempos de emergencia y colapso. Cuando la ayuda, el perdón y la abnegación se entremezclan hasta finalmente dar paso a la consumación de la necesidad de sentido. Cuando lo indescifrable abre espacios de compasión simbólica arraigada en los hechos, porque lo infinito - oceánico e inmanejable - nos colma con la medida de lo que podemos percibir y significar desde resonancias y actos personales de alcances colectivos. Humana abundancia ligada a la sensibilidad empática. Resultantes positivas de un planeta social transitando un signo transpersonal.

☀☀☀☀☀☀☀☀☀☀

Recomendado: Charlas mirando al cielo.

 

 Publicado por Astrokairos