El eje de la Tierra.

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Tauro - Escorpio es el eje de la supervivencia, de sus disfrutes y sus terrores, de sus goces y sus penurias, cuando prevalece la percepción selvática de la existencia. Es también el eje del poder de la energía para transformarse en recurso, materializarse y dispensarse fértil, alimentando, acrecentando su presencia como un manto plácido, vital y contundente en su potencia generadora. Materialidad y regeneración, o materialismo y destrucción. Dinamismo básico del planeta, visible y encarnado en amplia variedad de humanas intenciones y circunstancias de la naturaleza.

El eje de la Tierra

Asimismo, a nivel psíquico es posesión – gozosa y conflictiva – que ocasiona esquemas de paz, prosperidad, bienestar, acompañados de miseria, destrucción y guerras. Un eje que en su polarización extrema, superpone acumulaciones inmovilizadas por su propio peso y magnitud, frente a escenarios de conflicto y agitación que promueven la liberación de enormes caudales de energía retenida en diferentes formas de materia necesarias para la vida y la subsistencia. Miedos, egoísmos y avaricias son los causantes de esta tensa fijación que enriquece a unos pocos y hambrea a millones, conformando paisajes de placidez paquidérmica aparentemente separada de la turbulenta fuerza destructiva y mortal que genera toda concentración.

silopaisaje

Lo que al poder concentrado por el ser humano le cuesta ver es el hecho inevitable que conlleva toda acumulación en apariencia imparable, ilimitada, consistente en la generación de masa crítica que llegado un punto ya no puede ser contenida ni inmovilizada, rompiendo entonces su propia forma en colapsos y aluviones liberadores de energía. Y si encuentra medios para continuar atrapando, endicando y reteniendo lo acumulado, la destrucción aparece alrededor como escasez y muerte. Un esquema crítico que el cielo dibuja con mayor detalle a principios de Agosto, en donde queda remarcada la crisis de retención - especulación - liberación, estancada por fuertes resistencias conservadoras. Dibujo planetario cuya fijeza y contractura retentiva es nuevamente reforzada en el eclipse de Noviembre 2022.

Conj. Marte-Urano en Tauro

En ambos casos, estando Marte - Urano involucrados, existe una fuerte presión que impulsa la obligación de salidas creativas de rápida resolución, pese a las contradictorias inercias del eje Tauro - Escorpio que suelen dificultar celeridades, al quedar enfrentadas necesidades concretas (materia, recursos, alimentos) con especulaciones financieras que demoran definiciones.

Eclipse Lunar 8.Nov.2022

 

 

Desde el ego no se ve (el otro eje)

 

Vivir asustados unos de otros deviene en actitudes defensivas, aislacionistas o anhelantes de control. Y las ansias de dominio y explotación sólo pueden descubrir límites en el contacto real que revela paridades humanas. Esa consciencia de igualación aflora en la vincularidad empática, no es posible construirla desde ideales ni ambiciones engendrados en profundos temores de muerte y supervivencia, ni en disociaciones mentales anhelantes de perfección, carentes de humanidad. Mientras persistan, continuaremos viviendo como corsarios al acecho, tratando de emboscarnos o temiendo ser emboscados.

Los límites de nuestras proyecciones yoicas aparecen en el encuentro con los demás, ser con otr@s es lo que permite demarcaciones interpersonales, no podemos tallarnos a nosotros mismos, como solitarias estatuas autosuficientes. En astrológico, decimos que los egos solares aprenden a interactuar con fluidez impredecible una vez que cesan los comportamientos invasivos, es decir, cuando incorporamos Saturno. Es la antesala necesaria e insalvable que precede a la multipolaridad acuariana, y a la creatividad transpersonal uraniana. Pero encontrar límites conlleva también la muerte y transformación de identificaciones, rompiendo contornos de identidad en procesos de intenso intercambio material, corporal, mental, emocional, a los que solemos resistir tenazmente. En el zodíaco, esa tensión se ve en la cuadratura Leo - Escorpio, y más integralmente en la T-cuadrada Tauro - Leo - Escorpio, que al alcanzar cierto nivel de resolución - siempre humano, siempre imperfecto -, puede acceder a la dimensión vincular sin asideros de Acuario. Un estadio en el que los riesgos de quebradiza cristalización conviven con posibilidades de transparencia dinámicamente estructurada en la fluidez de los intercambios, si el aislamiento y las disociaciones esclarecidas dejan espacio a interacciones liberadas de personalismos exclusivistas, encandilados por sí mismos.

Plutón ingresando en Acuario plantea el gran desafío de transparentar lo oscuro, el sombrío elitismo del poder oculto, subterráneo y concentrado en unos pocos, diseminándolo en miríadas de puntos de intensidad distribuida, como topos que se oxigenan asomando aleatoriamente en los infinitos cruces de una red tridimensional de bordes abiertos. Instancias creadoras e inmanejables, nada fáciles para los atemorizados niveles de consciencia de nuestros cerebros reptiles. El sendero transformador conducente de la oscura cristalización concentradora y hegemonizante a la cristalinidad lumínica y de fluidez descentrada se ve representado en la limpieza de los establos de Augías que Hércules debió realizar, eliminando estiércol como dura tarea simbólica necesaria para destrabar una instancia zodiacal liberadora tras el ingenioso retiro de residuos estancados que llevó a cabo, trascendiendo así la acumulada toxicidad mortal aparentemente irresoluble de la situación. Cruz Fija

Matar al adversario, eliminar o proscribir al diferente; dominar, manipular o esclavizar, conservando posiciones hegemónicas eternizadas obtura el acceso a cualquier salto dimensional en el que toda precondición histórica es trascendida. Las demarcaciones personales e interpersonales son requeridas allí donde emergen complejas redes de interacción que sólo pueden conformarse en la atomización saturnina, esto es, la multiplicación reticular de responsabilidades distribuidas. Nivel que precede una trama de libertades nodales en donde ya no hay individualidades invasivas, más bien, circuitos descentralizados de manifestaciones particularizadas a la vez que co-creativas. Si en Libra el ego solar cae, atenuando sus proyecciones para abrirnos y encontrarnos, y Saturno exaltado hace más real el acercamiento a la otredad porque los límites deben estar más claros al relacionarnos, en Acuario la balanza del equilibrio relativo multiplica sus platillos a la enésima potencia en un panorama situado más allá de cualquier dualidad complementaria. El exilio solar simboliza haber descubierto los límites del ego, sin los cuales no es posible acceder a la inasible creatividad de vincularidades entramadas pero aleatorias, conformadas por innumerables soles - seres - estrellas, divers@s y diferentes en brillantez, temperatura, coloración, formas y tamaños.

 

La tensión conflictiva entre lo que concentra y lo que descentraliza se hará patente y gradual con el ingreso de Plutón en Acuario (Marzo 2023), pero actualmente avizoramos señales de ese proceso en la guerra total / multinivel que hoy protagonizan la OTAN, Ucrania y Rusia. Hasta el momento, ningún otro enfrentamiento bélico puso tan claramente sobre la mesa cuestionamientos a la concentración económica, la manipulación extorsiva por el tipo de divisa monetaria preponderante en el planeta, y de esquemas bipolares reforzadores de enfrentamientos maniqueístas, acompañados de un ya repetido resurgimiento de odios raciales, cancelación cultural / mediática, ideas de superioridad y exterminio, y sus sombrías atrocidades, manifiestas o latentes. La cuadratura Saturno - Urano es indicio astrológico de la acentuación de estas rigideces extremistas, propias del oleaje ultraderechista que ha retomado impulso y desenfado a través de sus viejas consignas, disfrazadas de cambio revolucionario y ordenador.

 

La enorme magnitud de la guerra y crisis económica que atraviesa el planeta es un momento histórico que acentúa la cada vez más evidente estupidez humana sumergida en atávicos anhelos hegemónicos, desafiados por un mundo que gradualmente asoma y mira con cautela la posibilidad de horizontes multipolares. Quizás debamos atravesar muchos conflictos más para establecer sintonías verdaderas con lo que está desplegándose; será por eso que cada era astrológica ‘nos otorga’ casi 22 siglos para vivirlas y comprenderlas. El pasaje virtuoso de la era de Piscis a la era de Acuario requiere modos resonantes empáticos conscientes de haber disuelto barreras ideológicas, religiosas, raciales y culturales, (la reciente conjunción Júpiter - Neptuno en Piscis representó una gran oportunidad colectiva en ese sentido) para que encuentros ahistóricos puedan darse sin condicionamientos, pero con límites individualizados capaces de reconocer la medida y expresión particular de los seres con los que interactuamos. En ese plano vincular de presentes atemporales es donde emerge lo que no puede anticiparse, inasibles destellos de creatividad uraniana, impulsora de disparidades humanas en modo random. Aunque continuemos peleando por imponernos o eliminarnos unos a otros, hay un manto estelar que irá ganando densidad en salpicres de chispazos en danza de singularidades no coherentes, desplegando supraconsciencia de actividad impredecible, conviviendo con lo que no pueden enseñarnos nuestros milenarios artilugios de ataque / defensa, inhabilitados por su propia naturaleza para controlar lo que es incontrolable.

 

Publicado por Astrokairos

 

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